Manual de supervivencia para un alma cansada: Secretos para sanar con la naturaleza

Si tu cerebro se siente como una computadora 💻 con demasiadas pestañas abiertas, necesitas leer esto.

Entre las notificaciones, los correos 📧, las prisas, las obligaciones, el trabajo, la escuela 🏫, etc. Es normal acostumbrarnos a vivir en piloto automático y vivir en piloto automático no siempre está mal. ¿Pero desde qué piloto automático estamos funcionando? ¿Es uno que nos beneficia o nos desconecta? Y es que nos desconectamos, sin darnos cuenta, no solo de nosotros mismos, sino de algo mucho más grande y fundamental: El mundo que habitamos.

Este es un recordatorio amoroso, una pequeña pausa para invitarte a regresar a casa (A Gaia), el mundo natural. No necesitas planear un viaje a una montaña lejana (aunque sería increíble), solo necesitas abrir la puerta y recordar el valor inmenso de lo que nos rodea.

La invitación silenciosa de la naturaleza

El mundo natural no grita, susurra. Nos invita con la calidez del sol en la piel, con el sonido de las hojas, moviéndose con el viento, con el aroma a tierra mojada después de la lluvia. Conectar de nuevo es más sencillo de lo que crees. Aquí te dejo algunas ideas para empezar a escuchar ese llamado:

• Paseos con propósito (o sin él): La próxima vez que salgas a caminar, ya sea en un parque, un bosque o simplemente por una calle arbolada, hazlo de forma consciente. Guarda el teléfono. Siente cómo tus pies tocan el suelo. Observa los colores de las flores, la textura de la corteza de un árbol, la forma de las nubes. No busques nada, solo déjate sorprender. (A esto en mindfulness le llamamos “Caminata consciente” y sí, es una de las múltiples formas que existen para practicar la consciencia plena)

• Meditación al aire libre: No tiene que ser complicado. Encuentra un lugar tranquilo, siéntate cómodamente y cierra los ojos. Sí, eres principiante en esto, aquí te dejo una meditación guiada de 10 min. Si ya tienes un poco más de experiencia, te dejo aquí una Shavasana de 30 min, o bien puedes simplemente cerrar tus ojos y poner tu atención en la respiración el tiempo que lo necesites para volver a la calma interior.

• El poder de un abrazo (¡sí, a un árbol!): Puede que suene a locura, pero abrazar un árbol tiene más ciencia de lo que crees, te aseguro que es una experiencia transformadora. Abrazar un árbol es una forma de grounding o "toma de tierra". Te ayuda a descargar el estrés y a sentirte parte de algo sólido, estable y vivo. Apoya tu mejilla en su corteza, siente su energía y simplemente, respira y suelta por unos segundos.

• Presta atención a los microcosmos: La naturaleza está llena de detalles fascinantes. Agáchate a observar el camino de una hormiga, la increíble geometría de una telaraña cubierta de rocío o el delicado diseño de un pétalo. Enfocarte en lo pequeño te ayuda a calmar la mente y a cultivar un profundo sentimiento de asombro.

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Los maravillosos regalos para tu salud

Cuando te permites estos momentos, no solo estás teniendo una experiencia agradable. Estás regalándole a tu cuerpo y a tu mente una dosis de medicina poderosa. La ciencia lo confirma:

• Para tu mente: Pasar tiempo en la naturaleza reduce significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Disminuye la ansiedad, combate los pensamientos repetitivos que nos agobian y mejora nuestro estado de ánimo. De hecho, la práctica japonesa del Shinrin-yoku o "baño de bosque" es una terapia reconocida por sus efectos antidepresivos y por potenciar la creatividad.

• Para tu cuerpo: Estar al aire libre nos anima a movernos, pero los beneficios van más allá. Se ha demostrado que el contacto con la naturaleza puede ayudar a reducir la presión arterial, fortalecer nuestro sistema inmunológico e incluso mejorar la calidad del sueño. ¡Es un verdadero círculo virtuoso!

Un pequeño paso para ti, un gran paso para tu bienestar

Reconectar con la naturaleza no es otra tarea que añadir a tu lista de pendientes. Es un acto de amor propio, una necesidad humana fundamental; el secreto para recargar tu energía que la vida moderna te hizo olvidar.

Así que hoy te invito a que te regales cinco minutos. Sal a tu balcón, a tu jardín o al parque más cercano si tienes más tiempo. Descalza los pies sobre el césped si puedes. Respira hondo. Siente que perteneces a este maravilloso planeta, porque así es. 

Cuéntame, ¿cuál será tu pequeña acción para conectar con la naturaleza esta semana? Me encantará leerte en los comentarios.

Con cariño